Objetivo
Hay una escasez de trabajos empíricos sobre el impacto potencial sobre la salud poblacional de vivir sometido a un régimen corrupto. Los países africanos difieren en la extensión de la corrupción nacional. Hemos explorado si la corrupción nacional percibida está asociada con la salud poblacional en las diferentes capas de la sociedad.
Métodos
Hemos analizado datos de la Encuesta Mundial de Salud pertenecientes a 72 524 adultos en 20 países africanos. El principal resultado era el de una mala salud general autoreportada. Se utilizó una regresión logística multinivel para evaluar la asociación entre una mala salud y la percepción de corrupción, a la vez que se tuvieron en cuenta factores de desarrollo humano, tanto individuales como del país. En este trabajo utilizamos el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) elaborado por Transparencia Internacional, que mide tanto la corrupción administrativa como política en una escala de 0–10. A mayor puntaje, una mayor tasa de corrupción percibida en la sociedad. También examinamos el efecto de modificación según el género, la edad y el estatus socioeconómico.
Resultados
Una mayor percepción de corrupción nacional estaba asociada de forma consistente con un aumento en la prevalencia de mala salud, también después de ajustar para múltiples variables, con una razón de probabilidades (OR) de 1.62, (IC 95%: 1.01–2.60). Los análisis estratificados por edad y género sugerían este mismo patrón en todos los subgrupos. Las asociaciones positivas entre una mala salud y una percepción de corrupción eran evidentes en todos los grupos socioeconómicos, con la asociación siendo más positiva entre las personas con menor nivel de educación (OR = 1.61, IC 95%: 1.01–2.58) que entre las personas con mayor nivel de educación (OR = 1.40, IC 95%: 0.83–2.37).
Conclusiones
Este estudio es un primer paso cauteloso para el examen empírico de las consecuencias generales de la corrupción sobre la salud. Nuestros resultados sugieren que una mayor corrupción nacional percibida está asociada con la salud en general, tanto en hombres como en mujeres, dentro de todos los grupos socioeconómicos y en todos los grupos de edades. Se requieren más estudios, utilizando más países, para evaluar la magnitud de las consecuencias de la corrupción sobre la salud.