Objetivos: Durante la distribución masiva de antibióticos para tracoma, algunos individuos son difíciles de localizar y no reciben el tratamiento. Estos individuos no tratados pueden servir como una fuente de reinfección para la comunidad. La importancia de esta población difícil de localizar y sin tratar no está clara. Hemos buscado determinar si los individuos que son difíciles de localizar tienen una mayor probabilidad de tener una infección ocular con clamidia, comparados con aquellos más fácilmente localizables.
Métodos: Hemos monitorizado 12 comunidades etíopes 1 año después del tercer tratamiento anual masivo con azitromicina para tracoma. Se tomó un frotis conjuntival para obtener ARN de clamidia en una muestra aleatoria de niños de cada comunidad. Si no se incluía un número suficiente de niños durante la monitorización inicial, se regresaba en días posteriores.
Resultados: De las 12 comunidades, 10 requerían más de un día de monitorización. En promedio, 16.1% (95% IC 7.9–30.0) de los niños se incluían en el estudio después del día inicial. Se halló evidencia de clamidia en un 7.1% (95% IC 2.7–17.4) de lo niños con edades entre los 0–9 años. Ninguna muestra ocular recogida después del día inicial era positiva para ARN de clamidia. Los niños examinados después del día inicial de monitorización tenían menor probabilidad de tener una infección ocular por clamidia comparados con los niños vistos en el día inicial; Mantel‐Haenszel OR común = 0 (95% IC 0–0.77).
Conclusiones: En un emplazamiento con tratamientos masivos anuales de azitromicina, después de haber localizado a aproximadamente un 80% de los individuos de la comunidad, los esfuerzos adicionales para encontrar a los individuos inicialmente ausentes puede no resultar en un número significativo de casos adicionales de infección ocular por clamidia.