Se investigaron, en 119 pares, las asociaciones entre los autorreportados síntomas maternales relacionados con la ansiedad con el juego cara a cara de la madre con su infante a los 4 meses. La atención, el afecto, la orientación espacial y el contacto físico fueron codificados a partir de una vídeograbación de pantalla dividida con base en la primera vez. La propia y la interactiva eventualidad fueron evaluadas por medio de métodos de tiempo en serie. A causa de que los síntomas de ansiedad apuntaban a una irregularidad emocional, esperábamos encontrar patrones atípicos de las eventualidades interactivas entre madre e infante, y de nivel de estabilidad/habilidad dentro de los propios ritmos de conducta del individuo (autoeventualidades). Consistente con nuestro modelo óptimo de nivel promedio, los síntomas maternales relacionados con la ansiedad influenciaron la interacción hacia las eventualidades interactivas, las cuales fueron elevadas (vigilante) en algunas modalidades, o reducidas (aisladas) en otras; ambas pudieran ser esfuerzos para reducir la tensión emocional. La autoeventualidad del infante fue reducida (“desestabilizada”) con los síntomas de ansiedad maternal; pero la autoeventualidad maternal fue tanto reducida en algunas modalidades, como elevada (por encima de lo estable) en otras. Los patrones de eventualidad interactiva fueron caracterizados por medio de discrepancias intermodales, formas de comunicación confusas. Por ejemplo, las madres vigilantemente supervisaron a sus infantes visualmente, pero se alejaron de eventualmente coordinar con los infantes emocionalmente, como si las madres estuvieran “mirando a través” de ellos. La imagen encaja en descripciones de madres con síntomas de ansiedad como demasiado despiertas/miedosas, encaminándose a la vigilancia, pero enfrentándose con su propio temor a través de la distancia emocional. Los infantes elevaron la coordinación del afecto facial (vigilancia), pero dejaron caer la coordinación del afecto vocal (despegue) con la cara de la madre, un patrón de conflicto. Los patrones maternos e infantiles juntos generaron una ambivalencia mutua.