We analyzed the safety and feasibility of myocardial echocardiography with intracoronary injection of contrast, its effect on left ventricular remodeling and systolic function, and its relationship with angiography and magnetic resonance imaging (MRI) for the evaluation of post-infarction coronary microcirculation. Thirty patients with a first ST-elevation myocardial infarction and a patent infarct-related artery were studied. Mean perfusion score of the infarcted area was analyzed with myocardial echocardiography. TIMI and Blush grades (angiography) were determined. Mean perfusion score (MRI-perfusion), end-diastolic volume index and ejection fraction were determined with MRI. At 6 months all studies were repeated in the first 17 patients. Forty-seven perfusion studies (30 in the first week and 17 after 6 months) were done without complications (6 [2] min per myocardial echocardiography study). Normal perfusion (myocardial echocardiography 0.75) was detected in 67% of the patients. Myocardial echocardiography was the best predictor of end-diastolic volume (r=-0.69; P = .002) and ejection fraction (r=0.72; P = .001) after 6 months. Normal perfusion was observed in 80% of the patients with TIMI grade 3, and in 14% of those with TIMI grade 2. Of the 40 studies in patients with TIMI grade 3, normal perfusion was seen in 85% of the patients with Blush grade 2-3 and in 50% of those with Blush 0-1. Perfusion was also normal in 90% of the patients with MRI-perfusion =1 and in 62% of those with MRI-perfusion <1. Myocardial echocardiography is a feasible and relatively rapid technique with no side effects. This technique provided the most reliable perfusion index for predicting late left ventricular remodeling and systolic function. To achieve normal perfusion, TIMI grade 3 is necessary but does not guarantee success. In patients with TIMI grade 3, a normal Blush score or a normal MRI-perfusion study suggests good reperfusion.
Analizamos la aplicabilidad y seguridad de la ecografía miocárdica con inyección intracoronaria de contraste, su papel en la remodelación ventricular y en la función sistólica, así como su relación con la angiografía y la resonancia magnética para valorar la microcirculación coronaria postinfarto. Se estudió a 30 pacientes con un primer infarto de miocardio con elevación del segmento ST y arteria responsable abierta. Con inyección intracoronaria de contraste se determinó la puntuación media de perfusión en la zona infartada. Mediante angiografía se cuantificaron los grados TIMI y Blush. Se utilizó la resonancia magnética para determinar la puntuación media de perfusión (RM-perfusión), el índice de volumen telediastólico y la fracción de eyección. Al sexto mes se repitieron todas las exploraciones en los primeros 17 pacientes. Se realizaron 47 estudios de perfusión (30 en la primera semana y 17 en el sexto mes) sin complicaciones (6 ± 2 min por estudio de inyección intracoronaria de contraste). Se observó una perfusión normal (inyección intracoronaria de contraste > 0,75) en el 67% de los casos. La inyección intracoronaria de contraste fue el mejor predictor de volumen telediastólico (r = -0,69; p = 0,002) y de fracción de eyección (r = 0,72; p = 0,001) al sexto mes. Hubo perfusión normal en el 80% de los casos con TIMI 3 y en el 14% de los casos con TIMI 2. Entre los 40 estudios con TIMI 3 se observó una perfusión normal en el 85% de casos con un índice de Blush de 2-3 y en el 50% de aquellos con un índice de Blush de 0-1, así como en el 90% de casos con RM-perfusión = 1 y en el 62% con RM-perfusión < 1. La inyección intracoronaria de contraste es factible con un escaso consumo de tiempo y sin efectos secundarios; asimismo, fue el índice de perfusión más fiable para predecir la remodelación y la función sistólica tardía. Para lograr una perfusión normal es indispensable (aunque no una garantía) que el paciente se encuentre con flujo TIMI 3. En los casos con TIMI 3, la normalidad en el índice Blush o en el estudio de perfusión con resonancia magnética sugiere una buena reperfusión.